La Revolución Gloriosa: El Caos Político que Transformó España

Curso Historia de España - La Constitución de Cádiz de 1812. Un faro de esperanza.
La Constitución de Cádiz de 1812 marcó un antes y un después en la historia política de España.
En un momento de desesperación y guerra, esta ciudad andaluza se convirtió en el epicentro de un cambio fundamental que desafiaba el absolutismo y sentaba las bases de un nuevo sistema político.
Descubre cómo este acontecimiento transformó la historia y su relevancia hasta nuestros días.
Tabla de contenidos
Contexto histórico: España en plena Guerra de Independencia
El año 1812 fue un período de caos y resistencia en España. La Guerra de Independencia contra la ocupación francesa, iniciada en 1808, había sumido al país en una devastación sin precedentes.
Napoleón había tomado el control, imponiendo a su hermano José Bonaparte como rey. Sin embargo, el pueblo español no se rindió y se alzó en armas para recuperar su soberanía.
En medio de este escenario de destrucción, Cádiz se erigió como un refugio de esperanza. Protegida por el mar y libre del control francés, esta ciudad fue el lugar elegido para la reunión de unas Cortes que cambiarían el rumbo de la nación.
Las Cortes de Cádiz: El inicio del cambio
Las Cortes de Cádiz reunieron a representantes de diversas regiones de España y de las colonias americanas. Entre sus miembros se encontraban clérigos, nobles, militares, abogados y comerciantes, todos con un mismo propósito: reformar el sistema político español.
El 24 de diciembre de 1810, se formó una comisión encargada de redactar un texto fundamental: la primera Constitución española. Tras arduos debates y meses de trabajo, el 19 de marzo de 1812, en el Día de San José, se proclamó oficialmente la Constitución de Cádiz, conocida popularmente como «La Pepa».

Características principales de la Constitución de Cádiz
La Constitución de 1812 fue un documento extenso y detallado, con 384 artículos organizados en diez títulos. Su estructura estaba claramente definida, lo que facilitaba su aplicación y comprensión. A continuación, destacamos algunos de sus puntos clave:
1.Soberanía Nacional
Uno de los principios fundamentales de la Constitución de Cádiz era la soberanía nacional. Por primera vez, se establecía que el poder residía en la nación y no en la figura del rey. Esto significaba que el monarca ya no tenía un poder absoluto, sino que estaba sujeto a las decisiones de las Cortes.
2. División de poderes
La Constitución de 1812 establecía una clara separación de los tres poderes del Estado:
Poder legislativo: En manos de las Cortes, encargadas de crear las leyes.
Poder ejecutivo: Ostentado por el rey, pero con limitaciones claras.
Poder judicial: Independiente del resto de los poderes.
3. Derechos y libertades
La Constitución también reconocía derechos fundamentales, como la libertad de imprenta, la igualdad ante la ley y la abolición de la tortura. Aunque estos derechos no se aplicaban plenamente a toda la población, representaban un avance significativo.
4. Ciudadanía y unidad nacional
Otro aspecto innovador fue la definición de España como una nación compuesta por todos los españoles de ambos hemisferios, incluyendo a los territorios de América. Además, se establecía que España no podía ser patrimonio de ninguna familia o persona, reforzando la idea de unidad y soberanía popular.
La reacción de Fernando VII: El fin de "La Pepa"
Tras la derrota de Napoleón, Fernando VII regresó a España en 1814. La gran duda era si el monarca aceptaría la Constitución y las reformas establecidas por las Cortes de Cádiz.
Sin embargo, sus seguidores absolutistas le convencieron de que debía restaurar el antiguo régimen. En mayo de 1814, Fernando VII firmó un decreto que declaraba nulos todos los acuerdos de las Cortes de Cádiz, incluyendo la Constitución. Con esto, se restauró el absolutismo y se anuló todo el progreso logrado.

El legado de la Constitución de Cádiz
A pesar de su breve aplicación, la Constitución de Cádiz de 1812 dejó una huella imborrable en la historia de España y en la evolución del constitucionalismo. Fue un referente para futuras constituciones y para los movimientos liberales en toda Europa y América Latina.
El absolutismo de Fernando VII no duraría para siempre. A lo largo del siglo XIX, las ideas liberales resurgirían con fuerza, y la Constitución de 1812 seguiría inspirando nuevas reformas.
